Se decía que el 15 de Agosto a las 20:00hs en el barrio de Almagro, más precisamente en el Teatro del colegio Inmaculada Concecpción en Humahuaca al 3650, comenzaría un tributo al Rey del Rock, Elvis Aaron Presley por el 32° aniversario de su muerte, sin embargo no fue así.
Luego de una larga espera en las butacas, las mas de 700 personas que asistieron al espectáculo, comenzaron a ver movimiento en el escenario: primero saludó desde arriba el organizador del evento, Carlos Ares, fánatico de Elvis y fundador junto a Claudia León del Elvis Shop, el único local dedicado completamente a Elvis en Latinoamérica; luego sube un niño vestido de Elvis para sacar unas rifas que significarián quien ganariá entradas gratis para el próximo show. Lo que ocurrió después fue inesperado para un inexperto en la materia, ya que subió al escenario una de las glorias de la música de los '60, Johnny Tedesco que se veía igual de joven a esos años en los que trataba de emular a Elvis en el Club del Clan.
El espectáculo en si no empezó hasta pasadas las 22:00hs, pero anteriormente, luego de unas palabras alusivas de Carlos Ares y el afectuoso saludo para con el público por parte de Tedesco, se vio en pantalla gigante un DVD inédito de Elvis, Reflections Volumen 2, en el cual Elvis relata su vida pasando por el ejército, sus comienzos y sus recitales; el video duró 50 minutos.
Después de un pequeño receso y dio inicio el show, que arrancó con la intro de King Creole en las manos de Julián Carranza, guitarrista de Nube 9, Fernando Blanco, ex bajista de los Super Ratones , Luis Musa en piano y Fernando Zoff en coros y batería. Todo ésto era un preludio para que en la siguiente canción, Blue Suede Shoes salga Fernán Roberts, que sería el centro de atención.
Los rasgos facsímiles entre Elvis y Fernán Roberts eran increíbles, pareciera como si hubiera revivido por unas cuantas horas 32 años después de su fallecimiento en Graceland para pasar por Almagro y saludar a la gente que se moría por verlo. No sólo su cara era similar, sus gestos, su entonación, su vestimenta y su corte de cabello, quizás fue lo más cerca que la mayoría de los espectadores haya estado de ver a Elvis en toda su vida.
En un momento, Roberts dejó a los músicos tocando y se dispuso a bajar del escenario para saludar al público. La pequeña multitud que se agolpaba frente al escenario, ya no era tan pequeña, ya sea para recibir los besos que le tiraban las mujeres que lo creían su ídolo o simplemente para sacarse fotos con los fanáticos que disfrutaban del show.
El espectáculo continuó sin mayores sobresaltos, a pesar de los mejores deseos de Fernán Roberts que intentaba darle un poco de humor a la velada diciendo por ejemplo: "Un chico me vio en la calle y me preguntó: ¿Vos estás disfrazado de Elvis? No, del Chaqueño Palavecino", seguido de: "Vamos con Amor Salvaje", para el guitarrista.
Al final, el auditórium del colegio Inmaculada Concepción explotó en aplausos los artistas saludaron y los espectadores se fueron felices habiendo vivido durante tres horas, un compilado de las mejores baladas de Elvis cantadas por alguien que se parece mucho a Elvis. Ese sin duda debe haber sido para los fanáticos, como Santiago Montoya (el ex recaudador de Scioli), el mejor regalo.
Luego de una larga espera en las butacas, las mas de 700 personas que asistieron al espectáculo, comenzaron a ver movimiento en el escenario: primero saludó desde arriba el organizador del evento, Carlos Ares, fánatico de Elvis y fundador junto a Claudia León del Elvis Shop, el único local dedicado completamente a Elvis en Latinoamérica; luego sube un niño vestido de Elvis para sacar unas rifas que significarián quien ganariá entradas gratis para el próximo show. Lo que ocurrió después fue inesperado para un inexperto en la materia, ya que subió al escenario una de las glorias de la música de los '60, Johnny Tedesco que se veía igual de joven a esos años en los que trataba de emular a Elvis en el Club del Clan.
El espectáculo en si no empezó hasta pasadas las 22:00hs, pero anteriormente, luego de unas palabras alusivas de Carlos Ares y el afectuoso saludo para con el público por parte de Tedesco, se vio en pantalla gigante un DVD inédito de Elvis, Reflections Volumen 2, en el cual Elvis relata su vida pasando por el ejército, sus comienzos y sus recitales; el video duró 50 minutos.
Después de un pequeño receso y dio inicio el show, que arrancó con la intro de King Creole en las manos de Julián Carranza, guitarrista de Nube 9, Fernando Blanco, ex bajista de los Super Ratones , Luis Musa en piano y Fernando Zoff en coros y batería. Todo ésto era un preludio para que en la siguiente canción, Blue Suede Shoes salga Fernán Roberts, que sería el centro de atención.
Los rasgos facsímiles entre Elvis y Fernán Roberts eran increíbles, pareciera como si hubiera revivido por unas cuantas horas 32 años después de su fallecimiento en Graceland para pasar por Almagro y saludar a la gente que se moría por verlo. No sólo su cara era similar, sus gestos, su entonación, su vestimenta y su corte de cabello, quizás fue lo más cerca que la mayoría de los espectadores haya estado de ver a Elvis en toda su vida.
En un momento, Roberts dejó a los músicos tocando y se dispuso a bajar del escenario para saludar al público. La pequeña multitud que se agolpaba frente al escenario, ya no era tan pequeña, ya sea para recibir los besos que le tiraban las mujeres que lo creían su ídolo o simplemente para sacarse fotos con los fanáticos que disfrutaban del show.
El espectáculo continuó sin mayores sobresaltos, a pesar de los mejores deseos de Fernán Roberts que intentaba darle un poco de humor a la velada diciendo por ejemplo: "Un chico me vio en la calle y me preguntó: ¿Vos estás disfrazado de Elvis? No, del Chaqueño Palavecino", seguido de: "Vamos con Amor Salvaje", para el guitarrista.
Al final, el auditórium del colegio Inmaculada Concepción explotó en aplausos los artistas saludaron y los espectadores se fueron felices habiendo vivido durante tres horas, un compilado de las mejores baladas de Elvis cantadas por alguien que se parece mucho a Elvis. Ese sin duda debe haber sido para los fanáticos, como Santiago Montoya (el ex recaudador de Scioli), el mejor regalo.
