¿Alguna vez, te preguntaste cómo es la persona que te atiende por las noches cuando vas al boliche, o si siempre quizo ser barman? O como a ellos les gusta que los llamen, Bartenders. En caso de que nunca lo hayas hecho no te preocupes, ahora te daremos la respuesta a ésta intrigante pregunta.
Veamos, algunos son bastante conocidos en el "ambiente" y otros permanecen en el anonimato, pero la verdad es que sin ellos a la fiesta le faltaría lo único que todos quieren: Una buena barra de alcohol. No teman, ellos no faltan ya sea con sus pequeñas medidas de vodka en un trago con speed, o un cocktail que requiera hacer flair para que tenga mejor sabor. Ellos son los como DJ, sin ellos la fiesta no sería fiesta.
Código de barras
Los cursos de Bartender pueden tener distinta duración, por ejemplo en el Club del Barman, son de tres meses y se dictan dos módulos teórico prácticos de tres horas cada clase, una vez por semana. Sin embargo, hay otro dato mucho más interesante: sólo el 20% de los bartenders que se gradúan son mujeres, eso demuestra que la equidad de género no parece ser una variante a considerar en éste negocio.
Por otra parte, se calcula que al año, apróximadamente se gradúan unos 90 barmans y/o barmaids, que luego podrán decidir si continúan o no con la profesión, eso depende de lo que hayan venido a buscar, un 50% de los que toman los cursos lo hacen en busca de un empleo; otros lo hacen por hobbie o para hacer tragos a sus amigos, aunque obviamente hay una gran fracción de esa parte que sólo los hace para posar ante el sexo opuesto y alimentar su ego.
En la Asociación Mutual de Barman y Afines (AMBA), se encuentran nucleados alrededor de 400 barmans, ya sea en Argentina y el exterior. Los egresados, no salen específicamente del AMBA, ya que ellos no gradúan bartenders, sólo dan capacitaciones y les otorgan a los que recién empiezan la posibilidad de trabajar en una pasantía rentada. La inscripción al “gremio” es bastante fácil, luego de haber terminado el curso los egresados se pueden asociar mediante una constancia de CUIL o CUIT, una foto carnet y el pago de una cuota anual y previamente deben haber sido presentados por un socio.
Más allá de que parezca extraño, hay que tener en cuenta que hay una buena razón por la cual en los diferentes boliches se sirven determinados tragos, con “x” tipo de bebida y no con otras, hay distintas categorías que responden al precio y a la calidad, constató Adrián “Champy” Cabral, titular del Club del Barman: “Las bebidas 'buenas' habitualmente superan un margen de $160, que son las ultra premium. En el mundo de las bebidas están las standard, que son las nacionales, las Premium que pueden ser importadas o nacionales, después se están las Super Premium, que ya son muy buenas y por último están las ultra premium”.
¿Cómo se empieza en ésto?
Ser Bartender puede ser un trabajo “divertido” para la persona que lo ejerce y además éste permite una característica muy peculiar “socializar con la gente”. La Barmaid, Regina Mairotte aseguró entre risas, que ella no se esperaba terminar siendo bartender: “A mi, la verdad que me llegó de sorpresa un conocido que trabajaba en un barra, me preguntó si quería trabajar con él y le dije que si. Arranqué, me gustó y ahora estoy haciendo el curso para mejorar."
Aunque cómo explica el titular del Club del Barman, hay mucha gente que se mete en la profesión, mas que nada, por los prejuicios que hay generados sobre ella: “El mito es que somos ganadores, simpáticos, entradores, y que tenemos las soluciones para todo”, aunque destaca que a algunas personas lo hacen ya que el horario les facilita hacer dos cosas al mismo tiempo como estudio y trabajo. “Champy”, por ejemplo comenzó como barman de casualidad: “Me contrató un pub llamado New Surprise de Villa Urquiza, en esa época les llevaba cartas, trabajaba de cartero. Y después me fui capacitando”, y afirmó que en caso de no haber sido barman le hubiera gustado ser veterinario o asistente social, y recordó que en sus inicios los estudios universitarios lo situaron en la carrera de contaduría.
No todo es tan idílico, como en el caso de “Champy”, otros lo veían simplemente como un hobbie al principio, pero a medida que uno va madurando, se da cuenta que es el trabajo que uno quiere por el resto de su vida: “Quise ser bartender por que trabajaba en un pub llamado La Luna (Cabrera y Medrano) haciendo Gancia batido y Fernet con cola,me gustó y años después hice un curso de un año, para capacitarme”, comentó sin aires de grandeza, Diego Mato, titular del AMBA.
¿Noche de levante?
Parece ser que uno haría cualquier cosa por levantarse a una chica en la noche, hasta tomar cursos aparentemente. “Champy” Cabral, comentó que hay muchos que comienzan los cursos buscando mujeres: “Al principio uno busca eso, cree que es mas fácil”, y confesó: “A mi por suerte me fue bastante bien aunque después se complica un poco, es decir, la actitud de la persona es un 90% en lo que falta ser barman puede ser útil”.
En el caso de una mujer, la temática es completamente distinta, ellas no necesitan tomar cursos de bartender para conseguir hombres sino todo lo contrario, ellos fluyen como el Speed en un trago de vodka, después de que se las ve detrás de la barra. Otra vez, la barmaid, Regina Mairotte aseguró que: “Hay mucha gente babosa hoy en día”, respecto a las veces que tratan de “levantarla”, aunque atribuyó ésto al grado de al alcoholemia que tenga la persona en cuestión, ya que es un factor altamente influyente."
Para ella, ser baimaid, tiene algunos puntos positivos, no necesariamente para empezar a salir con chicos, sino más bien para poder entablar una relación de pseudo amistad: “Cuando una persona llega al boliche, lo primero que hace es ir a la barra y tenés como un punto a favor que sos la primera visión, la vista instantánea de la persona”. Pero también, destacó que la profesión, le otorga un sitio de privilegio en el boliche: “tenés tu lugar y la gente se puede acercar a vos ,te ve íntegra, y puede hablar con vos y es distinto poder encarar a cualquier persona en un boliche, con toda la gente bailando y gritando”. E hizo un paralelismo con el el hombre que es barman: “ Al hombre le gusta la posición, es más canchero, como diciendo mirenmé estoy detrás de una barra mientras que a las mujeres no, somos más recatadas”.
¿Qué es flairtending?
Para los que no saben lo que es el “flairtending”: es básicamente una modalidad de hacer tragos, o no, de manera acrobática. El “flairtending” tiene dos betas distintas: una es el working flair (Flair de trabajo), que suele hacerse con una botellas y una coctelera es rápido y no afecta el servicio al cliente. Mientras que el otro es el flair de exhibición, que no suele hacerse en bares o boliches ya que sus fines son más estéticos y requieren mayor preparación y una coreografía, éste puede hacerse con fuego, y hasta con 5 botellas que no superen los 60ml de bebida.
Esta tarea, como tantas otras sin duda requiere dedicación uno no aprende a rebolear botellas por el aire con bebida adentro sin dejar caer una gota de la noche a la mañana, sino que lleva su tiempo. “Champy” Cabral, reconoció que además del entrenamiento, otra cosa importante es la maña que tenga el barman, es decir el talento innato. Se supone que con una práctica constante de 2 meses, como mínimo, se puede llegar a hacerlo hasta con 3 botellas.
¿Cómo tratar al cliente ebrio?
Hay distintas maneras de tratar a un cliente que se encuentra en estado de ebriedad, Adrián Cabral, mencionó algunas de ellas: “Primero se le ofrece agua o un café, o se le dice que no se le puede servir más porque considera que ya está un 'poquito alterado'”. Pero también, sucede que las personas se ponen pesadas y quieren continuar tomando a pesar de su estado, en ese caso, según “Champy”: “se le prepara un trago, pero en vez de batirlo tres segundos, se lo bate 20 segundos y se le pasa la coctelera al cliente para que la siga batiendo y después cuando se lo sirve es como casi agua lo que termina tomando”
Mientras que Mairotte, toma una postura distinta en esa circunstancia: “Yo por ejemplo trato de ignorarlo cuando alguien está ebrio, porque es más lo que molesta que lo que consume.", continuó: "además si vendo alcohol tengo que ser responsable y no le puedo vender más alcohol a una persona que ya está alcoholizada”, y concluyó con una frase terminante: “El trago es para divertirse, no para alcoholizarse”
